Wyler nos regala planos y secuencias para el recuerdo en una cinta hecha a la medida de su protagonista.
A finales de la decada de los años '30, la mujer del dueño de una plantacion de caucho en Malasia, asesina a un amigo de la familia. Su dudosa declaracion, el juicio posterior y el amor de un marido enamorado y confiado se enrarecen con la aparicion de una carta pasional de la asesina al hombre que quito la vida.
La fotografia en blanco y negro es tan cuidada y bella que cada plano te cautiva y la musica es una extension tensa y armonica que enfurece la escena en cada uno de los momentos de la cinta.
El reparto esta explendido, mayusculo en el caso de Bette Davis que devuelve con su interpretacion el cariño con el que el director la dirige y la muestra. James Stephenson aguanta de maravilla mas de un duelo interpretativo con Davis y engrandece la obra.
Lo que a priori podria parecer una pelicula de juicios, Wyler realiza un drama con un final digno de la sociedad en la que se estreno.
Uno de las mejores secuencias iniciales que se recuerdan, disparos a quemarropa entre un plano-secuencia que muestra un silencio roto, la escena de abogado-cliente en el ecuador de la pelicula, la desvelacion de la verdad por la protagonista y una ultima escena que queda grabada en la retina hacen que esta pelicula sea una experiencia filmica disfrutable y recomendable para amantes del buen cine.
A finales de la decada de los años '30, la mujer del dueño de una plantacion de caucho en Malasia, asesina a un amigo de la familia. Su dudosa declaracion, el juicio posterior y el amor de un marido enamorado y confiado se enrarecen con la aparicion de una carta pasional de la asesina al hombre que quito la vida.
La fotografia en blanco y negro es tan cuidada y bella que cada plano te cautiva y la musica es una extension tensa y armonica que enfurece la escena en cada uno de los momentos de la cinta.
El reparto esta explendido, mayusculo en el caso de Bette Davis que devuelve con su interpretacion el cariño con el que el director la dirige y la muestra. James Stephenson aguanta de maravilla mas de un duelo interpretativo con Davis y engrandece la obra.
Lo que a priori podria parecer una pelicula de juicios, Wyler realiza un drama con un final digno de la sociedad en la que se estreno.
Uno de las mejores secuencias iniciales que se recuerdan, disparos a quemarropa entre un plano-secuencia que muestra un silencio roto, la escena de abogado-cliente en el ecuador de la pelicula, la desvelacion de la verdad por la protagonista y una ultima escena que queda grabada en la retina hacen que esta pelicula sea una experiencia filmica disfrutable y recomendable para amantes del buen cine.
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